Imagen sacada de: http://all0412.deviantart.com/
Primera Parte: El Bulbasaur Explorador I
Todo estaba oscuro, hacía días que no comía y no paraba de rugirle el
estómago. Cayó un rayo bastante cerca y Bulbasaur se asustó. Estaba
acostumbrado a oír truenos, había vivido en un gran árbol junto a sus hermanos
y los rayos siempre caían en él. Pero esta vez estaba totalmente solo, y hacía
ya dos noches que no paraba de llover. No había podido salir de la cueva que
había encontrado dado que llovía con tanta fuerza que era imposible ver nada, y
menos de noche.
Bulbasaur había encontrado esa cueva hacía ya tiempo, entraba para dormir y
salía para buscar comida, pero en cuanto empezó a llover tuvo que quedarse
dentro. Y lo peor es que cada vez hacía más frío, dentro de nada empezaría a
caer las primeras nevadas y como no encontrara un lugar mejor que ese moriría
de frío. Casi todos los pokémon del tipo planta era débiles a los cambios de
temperaturas, una temporada con un calor demasiado fuerte podría secarlos y si
hacía demasiado frío se congelarían en poco tiempo. Bulbasaur se levantó poco a
poco e hizo ademán de adentrarse más en la cueva. Era una cueva profunda, tanto
que Bulbasaur no era capaza de ver el final, hasta ahora no se había adentrado mucho
porque había oído unos ruidos raros en el fondo de la cueva. Pero estaba
hambriento y no parecía que fuera a parar de llover en breve. Así que con el
estómago vacío y el corazón latiendo a toda velocidad fue hacia adentrándose dentro
de la cueva. Estuvo un rato caminando sin ver nada, pero sus ojos se empezaron
a adaptar a la oscuridad y empezó a ver formas; piedras brillantes que
sobresalían de las paredes, raíces de árboles en el techo, pero nada raro.
Siguió caminando, como no había nada Bulbasaur se fue tranquilizando y con las
ganas de saber qué es lo que encontraría se olvidó del hambre que tenía.
Entonces se oyó un golpe en el fondo de la cueva, Bulbasaur se paró en seco
y su corazón volvió a acelerarse. No movió ni un músculo y agudizando el oído
solo consiguió oír los latidos de corazón. Al poco rato se dio cuenta que había
estado aguantando el aliento, aspiró poquito a poco y empezó a andar de nuevo.
Se volvió a oír el golpe. — ¿Quién anda ahí? — preguntó Bulbasaur. — Sé que estás a-ahí,
n-no me das mi-miedo—. A medida que iba hablando se ponía más nervioso y empezó
a balbucear. Se volvió a oír el golpe, esta vez más fuerte. Bulbasaur consiguió
identificar el sonido, eran pasos. Bulbasaur retrocedió con los ojos como
platos, intentando ver en la oscuridad.
Sin necesidad de agudizar más la vista, aparecieron siete
ojos anaranjados que brillaban como el sol al ponerse. Parecían pertenecer al
mismo individuo dado que estaba juntos, tres en vertical, uno en medio, y otros
tres más. Tras esos ojos había una enorme figura, robusta y que se movía
lentamente, parecía roca. Bulbasaur no había nada similar en toda su vida, y aun
así tampoco parecía muy amistoso. Sabía que no podría salir corriendo hacia
fuera, lo más probable es que se acabara perdiendo en el bosque por culpa de la
intensa lluvia, así que cerró los ojos, se tranquilizó y los volvió a abrir.
La enorme figura seguía avanzando hacia él, Bulbasaur
empezó a correr en su dirección y vio como levantaba patosamente uno de sus
brazos. Apretó los dientes y corrió tan deprisa como pudo. Estaba tan cerca del
individuo que casi podía tocarlo entonces lanzó su látigos entre las piernas
del individuo, se agarró a una roca y se deslizó entre ellas. Estaba a la
espalda de esa bestia cuando se dio cuenta que había sido una estupidez, ni
siquiera sabía si esa cueva tendría salida por el otro lado, pero ahora no podía
hacer otra cosa que correr.
Empezó a correr entre la oscuridad, no veía nada más que
rocas y más rocas pero siguió corriendo porque oyó pasos acelerados a sus
espaldas. Entonces llegó a una bifurcación, sin pensárselo dos veces fue hacia
la izquierda. Esa cueva parecía un laberinto porque empezaron a aparecer
caminos por todos lados, Bulbasaur siempre elegía el camino de la izquierda,
aunque no sabía muy bien porque. Seguía corriendo cuando de repente recordó a
sus hermanos, solían perseguirse unos a otros para jugar, se levantaban por los
aires con sus látigos y se lanzaban semillas a la cara. Aunque a veces se
metieran con él, echaba de menos a sus hermanos, y a su madre más que a
ninguno. Se dio cuenta de que le caía una lágrima y sacudió la cabeza. Unos
zubat salieron de entre la oscuridad y empezaron a volar, lo habría despertado,
aun así ni se molestaron en acercarse a él. Bulbasaur cada vez estaba más
cansado y noto que le faltaba el aliento. Paró al lado de una raíz grande que
salía de la pared para descansar, miró hacia atrás pero no vio nada más que
oscuridad, volvió la vista hacia delante y tampoco veía nada. Se tumbó en el
suelo y se dio cuenta que ahí dentro, por lo menos no hacía tanto frío.
Al cabo de un rato se levantó y se acordó del hambre que
tenía, seguía sin haber comido nada y además había hecho muchos esfuerzos, se tumbó
en el suelo y cerró los ojos para soñar con su familia. Pasadas unas horas un
ruido lo despertó, había parecido un trueno. Eso significaba que, o estaba
cerca de alguna salida o la cueva no era muy profunda y el rayo había caído
cerca. Siguió caminando para encontrar la salida, caminó tanto que perdió la
cuenta del rato que llevaba caminando, por lo menos ningún otro pokémon, o lo
que fuera eso, lo había molestado más. Y entonces vió una luz, corrió hacia
ella y vio una salida al exterior, se acercó a ella y se quedó impactado. No
podía creerse lo que estaba viendo.
Hola soy Pokelatias y me gustaría una historia de Diancie, tengo 7 años y soy una maestra pokemon! Gracias :)
ResponderEliminara mi me gustaria una historia de Diancie TAMBIEN y tambien soy un maestro pokemon
ResponderEliminarPodeis sacar porfa la parte tres te lo pido
ResponderEliminarhola, estan maginificos, la parte 3 ya saliò? saludos!
ResponderEliminarHola soy Milo nos podrías enviar la parte 3 de el explorador? Gracias
ResponderEliminarQué lindo tu cuento. Soy Benicio. ¿Podrías hacer uno de Raichu?
ResponderEliminarNos quedamos con ganas de la III. A mis hijos les encantan para dormir, excelentes cuentos.
ResponderEliminar6 años después tu cuento nos ha servido como lectura antes de dormir los peques, muchas gracias y una lastima que no haya parte III
ResponderEliminarPor favor hace falta la parte III quedamos con mucho intriga que le paso al pequeño BULBASAUR
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